viernes, 2 de octubre de 2009

La noches más tristes

Las noches más tristes


Soñar por lo que uno desea, luchar por conseguir lo que uno quiere, no dejar la opción de decirle a la gente que te importa lo que sientes, todo ello aprendido a golpe de caídas, de puñaladas y de traiciones. Pero que mayor frustración que perder el amor de toda una vida, del sin vivir de un cuerpo que ya no habla, enmudece, se mueve en pasos descoordinados ante el paso de los días.

Son semanas sin dormir, respirando en pequeñas bocanadas de aire, convaleciente y mendigando en la noche, pidiéndome explicaciones de mis motivos, dialogando con un cerebro que nunca había participado en ésta discusión porque siempre ha habido un corazón que no ha permitido paso a la razón.

Muerto en vida, con multitud de fisuras, sin saber lo que me espera en un presente que se complica, dentro de un futuro poco halagador. Lloran los árboles al ver pasar el tiempo necesitado para amar a quien no ha amado, los pájaros ya nunca volverán a revoletear a mi lado, ya no podré ofrecer la sonrisa que les daba ni esas largas charlas musicales en las que nos entreteníamos viendo caer gotas de agua que desde un cielo soleado caían sobre nosotros, convertidas ahora, en llantos tormentosos que desde hace multitud de noches inundan las sábanas de mi habitación, esa habitación que se a convertido en un lugar frío, tenebroso y dantesco al no estar el sol que la alegraba.

Se que nada volverá a ser como antes, que ningún tiempo pasado es perdido, que nunca dejaremos que nadie nos cambie, pero quiero sentir lo que un día vi, en una cara, una sonrisa, esa mirada embriagadora que me enseñó a disfrutar de cada instante de mi vida, de esa persona que caída como un ángel me ayudó cuando peor lo pasaba, quiero volver a creer en que el amor llega cuando menos lo pensamos e igual que tu llegaste y ahora te vas, me gustaría imaginar que más tarde o más temprano volveré a disfrutar de aquellos bellos momentos que en mi vida han quedado impregnado para poder saber lo que es amar.


Y cerrando estas últimas líneas, que nunca más volveré a abrir, te digo disculpa, lo siento y perdón, pero que sepas que en ésta vida, nadie jamás te querrá como lo he hecho yo.

1 comentario: