viernes, 2 de octubre de 2009

AMOR US ODIO

AMOR US ODIO


Cuantas veces no somos capaces de pararnos, sentarnos a hablar con nosotros mismos, viendo realmente que corta es la diferencia que puede llegar a existir entre dos cosas tan antónimas como la del amor y el odio, que delgada es la línea que cruza nuestra mente, y nos hacen olvidar todo aquello que hemos vivido y que nos llevaron en un tiempo no muy lejano a amar a una persona, querer a un conocido o simplemente abrazar a un amigo.

Es ese paso el que nos convierte en inmunes, invulnerable, exento de todo dolor que puede causarte en algunos momentos aquello que se conoce como amor. Ese tipo de persona rencorosa, resentido, sañudo, que todos despreciamos, pero que en algunos momentos ni el mismo diablo se sentiría identificado por lo injusto de nuestros pensamientos.

Es por eso que me miro hacia dentro sin reconocer lo que veo, me he desviado de mi camino, del camino de la tolerancia, del respeto, del amor al prójimo, de ese camino que un día inicie y que no he podido concluir. No he tenido la suficiente fuerza de voluntad para ser lo que quise ser, ni para amar a quien quise amar, no me encuentro bien conmigo, viendo como la gente que quiero se separa de mí por no ser como antes, ni mejor ni peor, pero como antes.

Y ahora, todo el amor condensado en mi pequeño corazón, va desapareciendo, lentamente, como se esfuman los días, como vuelan las hojas de otoño, como resuenan campanas de olvido en días de tormenta, que triste todo, que melancolía, el saber lo que se debe pero no hacer lo que se sabe, siendo tan simple y tan complejo, que cada segundo, minuto u hora que pasa, es rabia acumulada, que nadie es capaz de aliviarla.

Os pido disculpa a todos los que he ofendido, me arrepiento de aquello que os he dicho, pero no me pidáis que vuelva a ser el que era, porque por amaros tanto, a día de hoy, estoy sólo a un paso de odiaros para el resto de los días, no dejando espacio al amor ni a la ternura, siendo simplemente, hombre de orgullo sin cordura, convirtiéndome en aquello que me dio tanta pena, en esa clase de gente, que por no llorar, no hablar o mostrarse como eran, viven atrapados pensando que la vida les recompensará por engañar a los demás, haciéndoles ver algo que en realidad sólo es una puesta en escena.

Ahora, mientras me arropo con mis sábanas, me coloco mi almohada y me acurruco en la cama, cierro los ojos, e imagino historias de princesas, de barcos de piratas, de cielos turquesas, … imagino a la gente que quiero, mirando con respeto, las palabras de silencios con gestos armónicos de aquello que algún día grité al vació, pidiendo por favor que si el odio es lo contrario que amor, que alguien vuelva a dar cuerda a mi corazón y empiece a latir, como si hoy tanto tiempo después, fuera la primera vez que te vi.

No hay comentarios:

Publicar un comentario